La mejor manera de mantener los mantos calefactores del laboratorio en buen estado es prestando la atención adecuada. Primero es importante revisar que la resistencia de la bobina del manto calefactor esté funcionando adecuadamente antes de usarlo. Esto se puede hacer midiendo la resistencia con un multímetro. Si la resistencia no es la adecuada, debe sustituirse por una nueva antes de usar el manto calefactor.
También es importante asegurarse de que no hay defectos o fugas de corriente eléctrica en la parte interior del manto calefactor. Esto puede ser realizado examinando visualmente la bobina con una pequeña luz led para buscar cualquier daño. Si se detecta alguna anomalía, se debe reemplazar el manto calefactor. Esto también debe hacerse si el manto calefactor deja de funcionar inesperadamente durante una determinada aplicación de laboratorio. Si se detecta cualquier fallo, se recomienda reemplazarlos por unos nuevos para evitar que el calor se difunda.
Además, es importante realizar una limpieza periódica para mantener los mantos calefactores del laboratorio en buen estado. Esto se puede lograr fácilmente utilizando un aspirador de polvo o una toallita húmeda para limpiar los componentes internos de la resistencia. Limpiar los mantos calefactores antes y después de su uso, es una excelente práctica para evitar la absorción de partículas extrañas y prolongar la vida útil del manto calefactor.