La flotación de tejidos es una técnica utilizada en la histología y la anatomía patológica para preparar muestras de tejido para su examen microscópico. Consiste en sumergir los tejidos en una solución densa, generalmente una solución de sacarosa, que ayuda a sostener los tejidos en el portaobjetos y evitar que se desprendan durante el proceso de corte en secciones delgadas.
El proceso de flotación de tejidos se utiliza en particular para muestras de tejidos muy blandos y delicados, como el cerebro, que pueden ser difíciles de manejar y cortar sin dañar su estructura. Al colocar el tejido en una solución de sacarosa, se permite que el tejido flote en la superficie de la solución, lo que facilita su manipulación y corte en secciones delgadas.